lunes, noviembre 05, 2007

Reflexiones:Hacia dónde vamos.

Normalmente la vida que llevamos deja poco tiempo a la organización, a crear una idea en nuestra mente, unos objetivos, personales o profesionales, en los cuales basar nuestras decisiones e ilusiones.
La fábula que sigue a continuación es un reflejo de ello:



En búsqueda de la fortuna


Cuenta esta fábula que un pequeño pez juntó todas sus pertenencias y ahorros y salió ilusionado en búsqueda de la fortuna.

Tras haber recorrido un largo camino, nuestro pequeño pez se encontró con una astuta anguila que le dijo: "Amigo, hacia dónde te diriges tan deprisa?" . El pez le respondió muy seguro de sí mismo: "A buscar fortuna!".

La anguila le respondió: "Qué suerte tienes amigo pez! Casualmente tengo unas aletas que te ayudarán en tu búsqueda y hacerla más rápida, sólo por 5 monedas!". El pez, encantado con la idea, le dio las 5 monedas y partió en su búsqueda a toda velocidad.


Al cabo de un tiempo se encontró de bruces con un pulpo, que le hizo la misma pregunta: "amigo, pez, dónde vas a todo correr?, cuál es la urgencia?". El pez le respondió muy orgulloso: "Ya ves, pulpo, voy en búsqueda de la fortuna!".

El pulpo, con voz cavernosa le dijo: "qué bien querido pez, por unas pocas monedas puedo ofrecerte este magnífico propulsor para que te ayude en tu búsqueda!". El pez, emocionado, no dudó en darle el resto de sus monedas a cambio de semejante propulsor y siguió sin mirar atrás su camino.


No mucho más adelante, nuestro querido pez se encontró con un enorme tiburón, el cual le paró con su descomunal mole, preguntándole: "pequeño pececillo, a dónde te diriges a tanta velocidad?". El poco precavido pez le respondió igual que en los anteriores encuentros: "Voy en búsqueda de la fortuna!".

El tiburón, mirándole fijamente le dijo: "estás de enhorabuena, yo sé qué camino debes coger, pequeño pez. Sigue por aquí, que vas a ahorrar mucho tiempo y esfuerzo", señalando hacia unas oscuras rocas; el pececillo, desprevenido, ante la perspectiva, siguió el camino y antes de que pudiera darse cuenta terminó en las fauces del tiburón.



Aunque tengamos claro qué es lo que queremos, también debemos especificar cómo lo vamos a conseguir; necesitamos unos objetivos claros y definidos, no dejaros llevar, tomando decisiones según nos sintamos en cada momento, o sin una determinación clara.

La base del éxito personal y profesional en nuestras vidas es trazar objetivos claros, para poder llegar a ese destino que anhelamos.

Alguna vez lo has intentado?. No es tan difícil, una vez que te pones a ello, te aseguro que los resultados te sorprenderán mucho más de lo que te pudieras imaginar.

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