Frase de motivación: El problema de la humanidad es que todos vamos a morir, pero no todos vamos a vivir.

Fue Walt Disney el autor de la anterior frase, que no deja de ser sorprendente en su contenido y no deja de ser cierta. Gente que no vive su vida con entusiasmo, que se deja llevar, sin objetivos ni metas, desmotivada, desconocedora del potencial que lleva dentro. Las posibles causas pueden ser el miedo, la inseguridad, quizá la sugestión negativa del momento o de la gente cercana.

No debemos dejar pasar nuestro tiempo sin al menos haber luchado, intentado lograr esos sueños que todos tenemos, aunque a priori parezcan enormes muros delante nuestro, los obstáculos se hacen más pequeños y los miedos van desapareciendo a medida que confiamos más en nosotros mismos.



Dejo un relato acerca de uno de los primeros experimentos que se realizó en el campo de la ciencia del comportamiento:

El experimento era sencillo: se llevó a cabo con unos ratones de laboratorio. Cada vez que intentaban comer del recipiente de la comida presente en su jaula, recibían una pequeña descarga eléctrica.

Tras no mucho tiempo, los científicos observaron que los ratones, obviamente ante el temor de recibir la descarga, no se acercaban a comer. Entonces realizaron dos cambios en la jaula de los ratones: retiraron la primera comida y pusieron otra mucho más apetitosa y desconectaron el circuito eléctrico.

De forma un tanto increíble, los ratones, a pesar del hambre que lógicamente tenían, no se acercaron a comer. El miedo a recibir la descarga era superior a la necesidad de comer.

Por mucho tiempo que paso, los ratones dejaron intacta la comida, llegando a la inanición.

Haciendo una pequeña comparación con este experimento, en nuestras vidas, en numerosas ocasiones, nos topamos con situaciones que nos golpean y nos ponen a prueba, a veces más de las que quisiéramos.

Y...¿cuál es nuestra actitud ante estos enfrentamientos?... Como no queremos pasarlo mal, nos excusamos con nosotros mismos y no volvemos a intentar hacer nada? dejamos que pase el tiempo para intentar olvidar el mal trago y nos autocompadecemos, anulándonos a nosotros mismos.

Pero no debe ser así, el miedo a volver a fracasar, el temor a los cambios o a lo desconocido no debe anularnos. De todas las experiencias se aprende y hay que sacar conclusiones positivas, para poder seguir intentando cumplir nuestros sueños. Sólo a base de tenacidad y paciencia lograremos hacer realidad lo que nos propongamos, aunque el camino sea complejo.



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