Frase de motivación: ¡Seamos valientes para asumir nuestros errores!

A pesar de intentarlo, de procurar hacer las cosas bien, siempre cabe la posibilidad de cometer un error. Y eso no debe frenarnos, pues muchas de las mejores lecciones que aprendemos son producto de un error cometido y superado.

Como bien sabemos, todas las personas tenemos derecho a equivocarnos, y sin embargo qué difícil nos resulta a veces admitirlo con honestidad. Es necesario entender que la confianza en uno mismo, la seguridad y la autoridad no impiden de ninguna manera que aceptemos nuestro error. No le pongamos máscaras al asunto, lo único que impide que una persona diga: "me equivoqué", es el orgullo producto del miedo.

Lo terrible es que muchas veces dañamos nuestra relación con los demás, porque nos resistimos a admitir que nos equivocamos. La verdad a veces es muy dolorosa, hay que ser valientes para confesarla, pero la verdad es la única manera de establecer lazos sólidos con los demás, la única manera de darnos mutuamente seguridad y confianza.
En especial cuando nuestro error lastima a un ser querido, debemos tener la inteligencia y el coraje de admitirlo, solo así tendremos la posibilidad de corregirnos. Lamentablemente, si no nos responsabilizamos de nuestros errores, estamos condenados a repetirlos.

Porque admitir la falla no es lo mismo que culpabilizarnos, no se trata de aceptar que fallamos para lamentarlo una y otra vez, no nos enfoquemos en lo negativo. Responsabilizarnos del error es asumir los hechos, analizarlos y entender que podemos hacer algo para que las cosas sucedan de otra manera. Si tomamos las riendas de nuestra vida en el presente, evidentemente podremos construir un mejor futuro, de eso se trata el asumir un error, de gobernar nuestro presente para "pulir" nuestro ser.
No mostramos debilidad cuando aceptamos que fallamos, por el contrario es un acto de valentía hacerlo, es un gesto que demuestra respeto y devuelve la confianza. Debilidad evidenciamos cuando dejamos que la vergüenza nos impida reconciliarnos con nosotros mismos y con los demás.
Así como es necesario tener presente nuestras cualidades para potenciarlas, es importante también tener la capacidad de reconocer nuestros errores para corregirlos.

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