Discurso de Steve Jobs. Conectar los puntos. 1/3.
Esta frase está sacada del discurso de Steve Jobs, CEO de Apple Computer y Pixar Studios, que ofreció a los estudiantes en su ceremonia de graduación en la Universidad de Standford, en Junio del año 2005.
La carrera de Steve Jobs está plagada de éxitos, pero también ha tenido momentos duros y desmotivadores, a los que ha sabido sobreponerse.
La primera es acerca de "conectar los puntos". Steve dejó la universidad a los 6 meses de comenzarla, aunque estuvo allí por otros 18 meses, yendo y viniendo.
Y, ¿por qué la dejó?
Esto, dice, comenzó antes de que naciera. Su madre biológica era una estudiante joven y soltera y decidió darlo en adopción. Ella tenía claro que quienes adoptaran a su bebé debían ser titulados universitarios, así que todo lo organizó para que fuera adoptado por un abogado y su mujer, una familia acomodada. Pero en el último momento ellos decidieron que preferían una niña, no un niño.
Los actuales padres de Steve, siguientes en la lista de adopción, recibieron una llamada a medianoche preguntándoles que tenían un niño no esperado, si ellos lo querían, a lo que dijeron que por supuesto.
La madre biológica de Steve se enteró de que sus padres adoptivos no tenían titulación universitaria, su padre ni si quiera había terminado el bachillerato, así que se negó a firmar el certificado de adopción.
Pasados unos meses, ella cedió, cuando los padres adoptivos se comprometieron a llevar a Steve a la universidad.
Diecisiete años más tarde, Steve fue a la universidad, pero eligió una universidad muy cara de forma un poco descuidada y todos los ahorros de sus padres, de origen humilde, se gastaban en la matrícula.
A los 6 meses, no veía interés alguno en la universidad. No sabía qué quería hacer con su vida y menos aún cómo iba a ayudarle la universidad a averiguarlo. Y allí se estaba gastando todos los ahorros que habían conseguido sus padres, reunidos en toda una vida. Así que decidió dejarlo y confiar en que las cosas saldrían bien. Tuvo miedo, pero mirando atrás, dice que fue una de las mejores decisiones de su vida.
En ese momento dejó de ir a las clases obligatorias que no le interesaban e ir como oyente a las que le interesaban.
No fue fácil, ya que no disponía de dormitorio, dormía en el suelo de las habitaciones de sus amigos, devolvía botellas de coca-cola por 5 centavos, para sacarse algún dinero para comer y los domingos por la noche caminaba más de 10 km para comer bien una vez por semana en un templo de unos Hare-Krishna.
Pero esta situación le encantaba.
Siguiendo su curiosidad , intuición e interés, muchas de las cosas con las que se fue topando, resultaron no tener precio más adelante.
Y pone un ejemplo de ello: en la época en la que estaba en la universidad de Reed, existía la que probablemente fuera la mejor formación en caligrafía del país. En todas partes del campus, los póster, todas las etiquetas de archivadores y demás, estaban bellamente caligrafiadas a mano. Como ya no estaba matriculado y no tenía clases obligatorias, acudió al curso de caligrafía, para aprender cómo se hacía.
Allí aprendió todo tipo de tipografías, controlar el espacio entre las letras, combinaciones de las mismas, en definitiva qué es lo que hace grande a una tipografía. Esto le fascinó ya que lo encontraba muy artístico, algo que la ciencia no podía capturar.
Pero nada de esto parecía tener una aplicación práctica en su vida; hasta que diez años más tarde, cuando estaban diseñando su primer ordenador Macintosh, toda esta información le retornó. Y diseñaron su primer ordenador en base a esto: fue el primer ordenador que ofrecía distintos y bonitos tipos de tipografía, lo que le hacía más atractivo.
Si nunca hubiera ido por aquel curso en la universidad, el Macintosh nunca habría tenido esta característica que lo resaltaba del resto de productos , superándolos en aquel entonces. Algo que además imitó su competencia ante el éxito del mismo.
Si no hubiera dejado la universidad, no habría asistido a este curso, y quizá los ordenadores actuales no dispondrían de la tipografía que poseen.
Cuando Steve estaba en clase, le resultaba imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro.
Pero pasados 10 años, lo vio todo muy claro.
No puedes conectar los puntos mirando hacia delante, sólo puedes hacerlo mirando hacia atrás, lo que hayas realizado.
Así que debemos confiar en que los puntos se conectarán en el futuro; debemos confiar en algo, Dios, destino, la vida, el kharma, lo que sea. Porque creer que los puntos se unirán te darán la confianza de seguir a tu corazón. Es una forma de actuar dejando el camino conocido y fácil, que me ha ayudado y ha marcado la diferencia en mi vida.
Muchas situaciones en la vida nos han planteado y nos plantearán una pregunta, acerca de si estamos haciendo lo correcto o no; si seguimos por ese camino que no nos convence demasiado porque es de sobra conocido, es muy sencillo, o lo abandonamos y decidimos girar por otra senda, que aunque desconocida, sabemos que el viaje nos va a gustar.
La decisión solamente es nuestra; replantearnos de vez en cuando si la situación en la que estamos es la que queremos, o nos hemos dejado caer a la zona cómoda, en la que se está muy bien, pero tenemos a un "Pepito Grillo" en nuestra cabeza que no nos deja de decir que podemos hacerlo mejor, diferente, que podemos arriesgarnos, que hay más opciones.
Quizá tenga un punto de riesgo, pero si tus principios y valores son buenos, si tus acciones también, llegarás a tener lo que te propongas. Escucharnos a nosotros mismos es una buena forma de saber cómo estamos y si estamos donde queremos, o podemos dar un giro, aunque sea pequeño, para cambiar a mejor, a liderar nuestra vida.
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Etiquetas: actitud mental positiva, liderazgo, Steve Jobs, triunfar
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