Frase motivadora: ¡Sé paciente con los demás y contigo mismo!
Con los pequeños se debe tener mucho cuidado en no presionarlos para que hagan cosas que todavía no están listos para hacer. No criticarlos cuando no muestren el mismo desarrollo que otros niños de su edad.
Todos tenemos nuestro ritmo y tiempo para aprender a hacer las cosas, desarrollamos unas capacidades antes que otras. Compararnos con los demás puede ser productivo si lo tomamos como una motivación para esforzarnos, pero puede ser frustrante si nos sentimos en desventaja, o como que somos inferiores a los demás por no desarrollarnos al mismo ritmo que ellos.
Mejor sigamos el consejo de la abuela Spell:
En medio de la selva vivía la familia Croac. La familia Croac estaba compuesta por Verdi Croac, el padre; Rosi Croac, la madre; Stell Croac, la hermana mayor; Peli Croac, el hermano mediano; y Lucy Croac, la pequeña. Era una familia muy bien vista en aquél lugar. Tenían una gran casa, una buena posición económica, unos hijos que sacaban grandes notas en las mejores escuelas, un verde esmeralda en sus pieles que cegaban a cualquiera… Eran muy envidiados. Pero como en toda familia, había algo que les inquietaba a todos, tanto a los miembros de ella como a los curiosos vecinos:
Lucy Croac, no sabía croar.
¿Cómo no puede saber una ranita croar? Nadie lo comprendía. Se pasaba el día en clases para aprender a croar, sus padres estaban todo el día ayudándole… Pero no había forma. Lucy no croaba. Un día, Lucy fue a visitar a la vieja abuela Spell, la mamá de su papá.
-Lucy, querida… ¿Aún no sabes croar?
-No, abuela. ¡Y de verdad que lo intento! Voy a clases, hago todo lo que me dicen mis padres y mis hermanos… Pero nada, abuela.
-Pero no entiendo por qué. Hace tiempo que ya deberías estar croando. Tienes ya dos años y no has hecho el más mínimo ruido…
-Lo sé abuela… Pero me pongo muy nerviosa cuando están con tanto interés. Y con todos esos vecinos curiosos, que no paran de murmurar… Cuando creo que me va a salir, me pongo nerviosa…
-Hmm… Ya sé cuál es el problema. Vamos a hacer una cosa. Te vas a quedar una temporada en mi casa, que está bastante apartada de tu ciudad. Te vas a relajar y vas a jugar aquí todo cuanto quieras. No te voy a obligar a que croes. El día que tú creas que estás preparada, lo harás. Y así hicieron. La abuela habló con toda la familia y ellos consintieron la marcha temporal de Lucy a casa de la abuela Spell.
Durante el tiempo que estuvo en la casa de su abuela, ni se acordó que no sabía croar. Jugó, saltó, disfrutó... Se olvidó de todo lo que le obsesionaba y agobiaba en su vida con los padres. Pero el tiempo pasó y tuvo que regresar. Pero no le importó. Cuando llegó, saludó a todos croando. Sus padres y sus hermanos estaban tan sorprendidos que no pudieron reaccionar sin sorprenderse.
“¿Véis? No podéis agobiar tanto a una rana tan pequeña. Todo llega. Si no era su hora, pues no lo era y punto. Para la próxima vez, dejadla libre. En mi casa ha jugado y ha disfrutado como una ranita pequeña, que en definitiva, es lo que es. Espero que esto os sirva de lección.” Dijo la abuela.
Tengamos paciencia con los pequeños, estimulemos su desarrollo con creatividad y optimismo, sin quitarles seguridad en que ellos lo pueden lograr con trabajo y paciencia. Y seamos pacientes también con nosotros mismos.
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Etiquetas: compromiso personal, enfoque, felicidad, frases motivación, triunfar
1 Comentarios:
me encantó la historia.Muchas veces como padres presionamos a nuestros hijos para que sean mejores y muchas veces queremos que logren lo que nosotros no pudimos. me encantaria que pusieras mas articulos o un blog dedicado solo a los padres e hijos, a como poderlos ayudar en su educacion intelectual y espiritual
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