viernes, mayo 23, 2008

Frase de motivación: ¡Veamos lo que nos une!

Cumplir nuestro trabajo lo mejor posible nos brinda una gran satisfacción, y es grandioso gozar del respeto y aprecio de los demás, sin embargo, no comprendo cuando los hombres utilizamos nuestro status para creernos superiores a los demás. Tampoco estoy de acuerdo cuando eso nos lleva a sentirnos inferior a los demás.
Un joven guerrero, conocido por todos por su nobleza y honestidad, fue a visitar a un maestro espiritual en busca de consejos. Cuando entró en la mezquita donde el maestro realizaba el salat (postración del musulmán cinco veces al día), se sintió inferior y pensó que a pesar de haber pasado toda su vida luchando por la justicia y la paz, no se había acercado al estado de gracia del hombre que tenía frente a él.-¿Por qué me estoy sintiendo tan inferior? -preguntó al maestro-, me enfrenté muchas veces con la muerte y defendí a los más débiles, no tengo nada de qué avergonzarme. Sin embargo, al verlo meditando, he sentido que mi vida no tenía la menor importancia.
-Espera. En cuanto haya atendido a todos los que me han buscado hoy, te daré la respuesta- dijo el sheij-.
Durante todo el día el joven guerrero se quedó sentado en el jardín de la mezquita. Las personas entraban y salían en busca de consejos y el maestro atendía a todos con la misma paciencia y la misma sonrisa luminosa en su rostro. El estado de ánimo del guerrero iba de mal en peor, pues había nacido para actuar, no para esperar. Por la noche, cuando ya todos habían partido, insistió: -¿Ahora podrá usted enseñarme?
El maestro lo invitó a entrar y lo llevó hasta su habitación. La luna llena brillaba en el cielo y todo el ambiente respiraba una profunda tranquilidad.
-¿Ves esta luna qué bonita es?, cruzará todo el firmamento y mañana el sol volverá a brillar. Solo que la luz del sol es mucho más fuerte y consigue mostrar los detalles del paisaje que tenemos a delante: nubes, árboles, montañas. He contemplado a los dos durante años, y nunca escuché a la luna decir:
-¿Por qué no tengo el mismo brillo que el sol?, ¿es que quizás soy inferior a él?
-Claro que no -respondió el guerrero-, la luna y el sol son dos cosas diferentes, cada uno tiene su propia belleza. No se pueden comparar.
-Entonces, ya sabes la respuesta. Somos dos personas diferentes, cada cual luchando a su manera por aquello que cree, y haciendo lo posible para tornar este mundo mejor; el resto son solo apariencias.
Eres una persona importante, tan solo por estar vivo, por existir, ya eso te hace grandioso y maravilloso, es imposible crear algo más maravilloso que tú. Si todos podemos valorarnos independientemente del rol que desempeñamos en la sociedad, independientemente de nuestros errores y aciertos, sin tomar en cuenta nuestro color de piel o nuestra nacionalidad, si podemos de verdad poner en práctica que todos los hombres somos iguales en esencia, que la vida humana es valiosa, estoy seguro que nuestra vida en sociedad sería mucho más satisfactoria.
Veamos qué factores o circunstancias nos unen, nos acercan como miembros de una misma especie, cono inquilinos de un mismo planeta, y empecemos a dejar de lado los motivos que nos separan.


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