martes, mayo 20, 2008

Frase de motivación: ¡No permitas que la ira viva tu vida!

Es tan difícil controlar el carácter cuando la cólera que sentimos es grande, algunas personas son sencillamente opuestas a nosotros, una pared en nuestro camino, y no solo sucede con personas, también hay situaciones que sencillamente nos son imposibles de vencer, imposible de mantener la calma, por ejemplo, en el infierno del embotellamiento automovilístico.
Un hombre devoto había estudiado con diferentes maestros todo las técnicas de conocimiento interior. En cierto momento el último de sus maestros le dijo:
-Ahora puedes marcharte y espera tu oportunidad.
El hombre se adentró en las montañas y se instaló en una cueva donde pasaba la mayoría del tiempo en constante meditación. Una noche muy fría se le presentaron tres demonios horribles, rugiendo y lanzando fuegos por sus bocas. El hombre salió corriendo y espantado de aquella cueva. En el frío de la noche se sintió desesperado sin saber qué hacer.Entonces reflexionó y se dijo:
-Ésta es mi oportunidad para poner en práctica todo mi aprendizaje de tantos años.
Entró en la cueva y allí estaban los horribles demonios jadeando y moviendo sus colas dispuestos a lanzarse sobre el hombre. Éste les dijo:
-Ustedes deben hacer su trabajo que es aniquilarme por completo yo en cambio debo hacer el mío que es defenderme de todo aquello que es inútil para mi beneficio. Así que sentémonos y hablemos acerca de nuestros trabajos.
En ese momento los horribles diablos empezaron a empequeñecerse y arrugarse hasta que finalmente se disiparon.

Si lo logramos, si podemos tomar un respiro y dejar que el hígado descanse, que la rabia se disipe, si pudiéramos quitarnos la ira como se quita el sobretodo, entonces estaremos más cerca de alcanzar nuestra felicidad, créanme, dominar nuestro temperamento, nuestra natural agresividad, si la dominamos, entonces ¡triunfamos!, derretimos los demonios que nos apartan del sosiego y la paz interna, y podemos volver a disfrutar de nuestras vidas. Nosotros vivimos, no la cólera, nosotros gobernamos nuestras vidas, no la ira.

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