miércoles, marzo 12, 2008

Frase de motivación: ¡Es importante la autocrítica!

La manera como nos relacionamos con los demás influye mucho en nuestro mundo interior, si nuestras relaciones interpersonales son buenas, es muy probable que nos sintamos a gusto con nosotros mismos y con la vida, mientras que por el contrario, si nuestras relaciones con nuestros parientes o compañeros de trabajo es tensa o áspera, pues naturalmente volveremos a casa fastidiados, enojados, buscando algo para canalizar nuestro malestar hacia afuera.
Si bien es cierto que es un verdadero reto mantener buenas relaciones con todas las personas que nos rodean, y que en ocasiones es prácticamente imposible, sin embargo, ser cordiales y justos con los demás por lo general hará que recibamos también el mismo trato.
Lo primordial para tener buenas relaciones con los demás es observarnos, saber cómo somos, cuáles son nuestras debilidades de carácter, qué nos enfada, qué podemos mejorar, para a partir de allí buscar puntos en común con los demás que nos sirvan de puente. La autocrítica es importante cuando hablamos de evaluar nuestras relaciones con los demás:

Cuentan que Júpiter, antiguo dios de los romanos, convocó un día a todos los animales de la tierra. Cuando se presentaron les preguntó, uno por uno, si creían tener algún defecto. De ser así, él prometía mejorarlos hasta dejarlos satisfechos.
-¿Qué dices tú, la mona? - preguntó.
-¿Me habla a mí? - saltó la mona -. ¿Yo, defectos? Me miré en el espejo y me vi espléndida. En cambio el oso, ¿se fijó? ¡No tiene cintura!
-Que hable el oso - pidió Júpiter.
-Aquí estoy - dijo el oso - con este cuerpo perfecto que me dio la naturaleza. ¡Suerte no ser una mole como el elefante!
-Que se presente el elefante...
-Francamente, señor - dijo aquél -, no tengo de qué quejarme, aunque no todos puedan decir lo mismo. Ahí lo tiene al avestruz, con esas orejitas ridículas...
-Que pase el avestruz.
-Por mí no se moleste - dijo el ave -. ¡Soy tan proporcionado! En cambio la jirafa, con ese cuello...
Júpiter hizo pasar a la jirafa quien, a su vez, dijo que los dioses habían sido generosos con ella.
-Gracias a mi altura veo los paisajes de la tierra y el cielo, no como la tortuga que sólo ve los cascotes.
La tortuga, por su parte, dijo tener un físico excepcional.
-Mi caparazón es un refugio ideal. Cuando pienso en la víbora, que tiene que vivir a la intemperie...
-Que pase la víbora - dijo Júpiter algo fatigado.
Llegó arrastrándose y habló con lengua viperina:
-Por suerte soy lisita, no como el sapo que está lleno de verrugas.
-¡Basta! - exclamó Júpiter -. Sólo falta que un animal ciego como el topo critique los ojos del águila.
-Precisamente - empezó el topo -, quería decir dos palabras: el águila tiene buena vista pero, ¿no es horrible su cogote pelado?
-¡Esto es el colmo! - dijo Júpiter, dando por terminada la reunión-. Todos se creen perfectos y piensan que los que deben cambiar son los otros.

Muy a menudo adoptamos la posición defensiva, creyendo que el otro es quien se equivoca, asumiendo que el otro es quien debe disculparse, que el carácter del otro es fatal. Detenernos para analizarnos, aceptar nuestros defectos, asumir nuestros errores, es una actitud muy productiva para nosotros y los demás.
Si aprendemos a observar a los demás, podemos emplear nuestros puntos en común para relacionarnos satisfactoriamente y evitar conflictos, que usualmente son innecesarios. Pero no olvidemos que el primer paso es mirarnos a nosotros mismos para hacernos mejores personas.

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