jueves, abril 17, 2008

Frase de motivación: ¡Desarróllate firme como un roble!

No hay que agobiarse porque la luz al final de túnel no se avizora, no hay que perder la calma ni desanimarnos, hay que caminar con la seguridad de que llegaremos a nuestra meta. Sin compararnos con aquellos que ya lo lograron, sino más bien tomarlos como ejemplo para motivarnos.
Recuerda que no sirve ir de prisa si no haces bien las cosas, no importa si el triunfo demora, importa que lo construyas sólidamente, para que no sea solo una ilusión que se derrumba ante alguna adversidad.
Un hombre edificó su casa y la embelleció con un jardín interno. En el centro plantó un roble. Y el roble creció lentamente. Día a día echaba raíces y fortalecía su tallo para convertirlo en tronco, capaz de resistir los vientos y las tormentas. Junto a la pared de su casa plantó una hiedra y la hiedra empezó a levantarse velozmente.
Todos los días extendía sus tentáculos llenos de ventosas, y se iba alzando adherida a la pared.Al cabo de un tiempo la hiedra caminaba sobre los tejados. Y el roble crecía silenciosa y lentamente. - ¿Cómo estás, amigo roble?, preguntó una mañana la hiedra.
- Bien, mi amiga, contestó el roble.

- Eso dices porque nunca llegaste hasta esta altura, agregó la hiedra con mucha ironía, desde aquí se ve todo tan distinto. A veces me da pena verte siempre allá en el fondo del patio.
- No te burles, amiga, respondió muy humilde el roble, recuerda que lo importante no es crecer de prisa, sino con firmeza.
Y el tiempo siguió su marcha. El roble creció con su ritmo firme y lento. Las paredes de la casa envejecieron. Una noche una fuerte tormenta sacudió con un ciclón la casa y su jardín. El roble se aferró con sus raíces para mantenerse erguido. La hiedra se aferró con sus ventosas al viejo muro para no ser derribada. La lucha fue dura y prolongada. Al amanecer, el dueño de casa recorrió su jardín y vio que la hiedra había sido desprendida de la pared y estaba enredada sobre sí misma, en el suelo, al pie del roble. El hombre arrancó la hiedra y la quemó. Mientras tanto el roble reflexionaba:
- Es mejor crecer sobre raíces propias y crear un tronco fuerte, que ganar altura con rapidez, holgados de la seguridad de otros.
No es lo habitual que las metas se consigan fácilmente, lo normal es que requiera de mucho esfuerzo y constancia. Porque de esa manera también se disfruta más, se valora más. Así que no pierdas de vista el hacer las cosas bien, esforzarte al máximo en cada paso que das rumbo a tus metas, como el roble, desarróllate con firmeza para que resistas cuando llegue la tormenta, aunque eso implique demorarte un poco más en alcanzar tu felicidad.

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