domingo, julio 30, 2006

Reflexion nº 3: La humanidad es como es. No se trata de cambiarla, sino de conocerla.

La humanidad es como es. No se trata de cambiarla, sino de conocerla.

- Gustavo Flaubert -

Esta frase tan simple encierra el principal problema de la humanidad del recién finalizado siglo XX y del actual XXI, ya que nos pasamos la vida tratando de que los demás nos conozcan, que sepan de nuestros problemas, de nuestros sentimientos, que escuchen nuestra quejas.

Tratamos de expandirnos socialmente y ... no nos ocupamos de conocerlos, de saber quién son, con que sueñan cada noche, porque objetivos darían su vida, que amores de su juventud siguen anidados en su corazón.

No nos interesamos por como se llaman sus hijos, que edades tienen y que aficiones practican, sino que por el contrario, les juzgamos y decidimos que tal o cual cosa la deberían cambiar, o que deberían corregir determinado comportamiento, dejar de ir con determinadas personas, e incluso haciendo gala de ego superlativo, les presionamos con nuestra amistad para que hagan lo que nosotros les proponemos en base a que nuestro juicio no puede estar equivocado.

Y la vida no es así. La vida es compartir, la vida es conocer al otro para saber como es, como piensa, lo que significa vivir para él o ella, y aceptarles tal como son, con sus debilidades y sus fortalezas, sin emprender una cruzada para que sean como nosotros hemos decidido que deben ser. Si hiciéramos eso, si les diéramos ese espacio que merecen, las margaritas volverían a crecer en las veredas de nuestro destino y un sinfín de conejos y gaviotas alegrarían el aire que respiramos. Al final, si lo pensamos bien, no es tan difícil, solo es cuestión de voluntad.

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jueves, julio 27, 2006

VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN

Después de haber publicado un poema de Alberti el otro día, no podía dejar pasar más tiempo sin hacerlo de uno de Miguel Hernández que me cautivó desde niño. La fuerza con que transmite su amor a España, la energía con describe la bravura del pueblo, me dejaron una huella que ahora con casi 44 años, sigue igual de viva. Genial, sin comentarios.


VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN

Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.

Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.

No soy un de pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.

¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?

Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.

Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.

Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra;
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.

Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.

Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.

- Miguel Hernandez -

miércoles, julio 26, 2006

"A galopar"

Hoy os traigo una poesía preciosa, llena de sentimiento, de vida, de luz incombustible, de uno de los poetas españoles que con más fuerza han brillado, Rafael Alberti, un poeta comprometido al que nada pudo callar a pesar de estarse jugando la vida por serlo, por escribir lo que su corazón clamaba por medio de la poesía.

A mi personalmente me encanta la fuerza de este poema, la energía que palpita en cada uno de sus versos, espero que os guste, aunque seguramente muchos ya lo conoceréis.


GALOPE

Las tierras, las tierras, las tierras de España,
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

A corazón suenan, resuenan, resuenan
las tierras de España, en las herraduras.
Galopa, jinete del pueblo,
caballo cuatralbo,
caballo de espuma.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es tuya.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

Rafael Alberti


sábado, julio 22, 2006

Las 3 claves del éxito en la vida

Muchas veces hemos oído y leído listas mágicas con las que alcanzar el éxito en tal o cual disciplina, con las que triunfar en la vida, con las que alcanzar la cumbre sin posibilidad de error, y aunque hay muchas que no son sino palabrería, hay muchas otras que son buenos decálogos con ideas muy interesantes a aplicar.

De hecho, yo personalmente es un tema por el que me vengo interesando y sobre el que he investigado desde hace más de 16 años. En ese periodo he leído mas de 100 libros y escuchado mas de 50 conferencias relacionados con el desarrollo personal, el éxito en su sentido más amplio, libros de psicología aplicada, y similares, y aunque he escrito múltiples artículos y he dado muchas conferencias relacionadas con ello, llegó un momento en el que tuve la verdadera necesidad de resumirlo en algo sencillo, simple, comprensible, algo que cualquier pudiera entender independientemente de la edad o de la preparación académica, y ese momento fue cuando le tuve que transmitir esa filosofía a mi hijo Kevin que en estos momentos tiene 9 años.

Me vi en la tesitura de resumirlo hasta simplificarlo pero al mismo tiempo sin que desapareciera la esencia, que el mensaje estuviera nítido y pudiera ser memorizado para siempre. No fue tarea sencilla pero a mi entender se podría resumir en lo siguiente:

Si quieres triunfar en cualquier área de la vida, ya sea deportiva, personal, profesional o de cualquier otro tipo, siempre debes seguir estos tres pasos:


1.- Aprender.
2.- Practicar.
3.- No rendirte NUNCA.


Y dentro de estas tres podemos encontrar toda una filosofía que me apasiona, que es primero la fijación del objetivo a alcanzar, tener clara la diana hacia donde voy a dirigir mis flechas, mis esfuerzos.

Lo segundo es que cualquier cosa que otro haga yo la puedo aprender, pero que al mismo tiempo me obliga a ser humilde y reconocer que no se, que desconozco esa disciplina y que necesito aprender de quien la conoce, de quien tiene los resultados, leyendo, observando, escuchando y preguntando mucho.

A partir de aquí practicar, practicar y practicar hasta la extenuación, hasta el dominio, con una idea fija que es la mejora continúa. Y cuando llega ese momento de desfallecimiento, ese día en que no tienes mas ganas de seguir practicando, es cuando llega la firme decisión tomada de antemano, antes de comenzar:

NO RENDIRME NUNCA.


Y en muchas ocasiones mi hijo me pregunta ¿Y tu crees que cuando sea mayor podré ser...? y la respuesta siempre es la misma: "Si quieres, puedes, aunque ya sabes, hay un camino que recorrer que no será fácil y que se basa en tres principios: primero..." y aquí mi hijo me interrumpe y me los dice él a mi, ya que los ha internalizado. Y estoy firmemente convencido que esto es real, y aplicable a cualquier área de la vida, a cualquier persona independientemente de su edad, de su situación económica, física o preparación académica anterior.

domingo, julio 16, 2006

¿No tenemos tiempo para tener tiempo?

Hemos entrado desde hace algunas décadas en una vorágine de actividad que nos mantiene ocupados las 24 horas del día si se lo permitimos, y nos vamos a dormir cada día, con la sensación de que no hemos terminado lo que teníamos pendiente, y lo peor es que es cierto.

La vida en el final del pasado Siglo XX y comienzo de este apasionante Siglo XXI, se ha convertido en una espiral de continua acción que resulta imparable, hasta el punto de que no sabemos dónde han ido a parar esos ratos de ocio que antes teníamos, y no somos capaces de encontrar esos huecos para sentirnos dueños de nuestro propio tiempo, y escapar de la sensación de ser arrastrados por la corriente de agua de la vida descendiendo río abajo. ¿Que hemos hecho con nuestro tiempo?

La sociedad actual ha cambiado nuestra forma de vivir, absorbiendo nuestra privacidad y nuestros momentos de esparcimiento, incluso aquellos ratos que compartíamos con la familia, los hijos, los amigos, o hasta esos momentos en que simplemente nos dedicábamos a no hacer nada y nos quedábamos extasiados mirando una nube mecida por la brisa.

Pero
reflexionemos realmente sobre lo que ha pasado.

- ¿Acaso ahora tenemos menos tiempo que antes?

- ¿Nos han quitado alguna de las 24 horas que tenían nuestros días?

No, por supuesto que no, lo que ha ocurrido es que hemos cambiado el orden de prioridades de nuestro tiempo.

“El tiempo de cada día es una suculenta tarta, y el problema es que empezamos repartiendo a los demás, y cuando queremos darnos nuestra ración... no quedan sino migajas, e incluso, si surge la ocasión, también sacrificamos éstas”

Aunque nos duela reconocerlo, esta es nuestra situación diaria, y el problema principal es que no somos consciente de ella.

Hace tiempo que leí en un libro de Stephen Covey un ejemplo muy grafico que ilustra esta situación, aunque no lo voy a reproducir literalmente sino con mis palabras, mi forma de expresarme, y por supuesto, mis comentarios, que tratan de dar valor añadido:

Imagina que tenemos un bote de cristal de esos grandes, totalmente vacío, y aparte tenemos cinco recipientes llenos de piedras de diferentes tamaños: en el recipiente 1 solo tenemos arena, en el 2 tenemos piedras realmente chiquititas, en el 3 otras piedras pero de un tamaño un poco mayor que llamaremos pequeñas, en el 4 otras piedras medianas y en el 5 las piedras más grandes.

¿Cuál es el orden más apropiado para llenar el bote? Si empezamos con el bote 1, o sea con la arena, luego con las piedras del 2 y así sucesivamente, llega un momento en que no somos capaces de meter ni una sola piedra más y se nos han quedado la mayoría de las piedras grandes fuera, y aunque nos empeñemos NO CABEN MÁS.

Esas piedras grandes son los principios, los valores de tu vida, las metas a largo plazo, el tiempo para el desarrollo personal, el tiempo para estar con la familia, todos nuestros sueños, etc.

La paradoja de esta historia es que igual que en la vida, debemos empezar por las cosas más importantes, o sea las del recipiente numero 5, y después las del 4, y sucesivamente del 3 y 2. Pero cual es nuestra sorpresa que en el mismo recipiente, ahora nos han cabido más que antes, e incluso si ahora echamos la arena, todavía podemos conseguir que quepa entre los huecos, y aunque parece que esta definitivamente lleno, aun nos queda sitio para echar un poco de agua que complete las separaciones que no llenan las piedras.

¿Cuál de las dos formas ha conseguido mejores resultados?

Llevo 15 años trabajando sobre el tema de la planificación del tiempo y asesorando en esta área a muchos empresarios , amigos, empleados, ejecutivos, estudiantes y personas de muy diferente índole y las principales conclusiones son, por un lado que nadie nos enseña que el tiempo es un bien escaso, y que aunque es nuestro mejor recurso, no es ilimitado pues no estaremos aquí para siempre, y que algún día de pronto se agotará, sin avisar, y, todo lo que no hayamos hecho, se quedará sin hacer, y por otro que hay métodos de poder administrar nuestro tiempo y nuestras prioridades, y que eso se puede aprender por cualquiera, sin necesidad de tener una cualificación universitaria, pudiendo tomar el control definitivo sobre nuestras vidas.

Si no programas tu tiempo, la vida lo utilizara a su manera sin contar contigo...

Estamos entrando en una nueva era, y tenemos que cambiar la forma de administrar nuestro tiempo, tenemos que empezar por poner las piedras grandes al principio o nunca habrá sitio para ellas.

¿Pero cual son nuestras piedras grandes?

Esa es una gran pregunta y aunque no puedo responderte en un par de líneas, te adelanto que lo tiene que descubrir cada uno mirando hacia su interior, pero se me antoja que algunas de ellas podrían ser:

- Tiempo para la familia;
- tiempo para los hijos;
- tiempo para el desarrollo personal;
- tiempo para la reflexión...

... Quizás en tu vida haya otras prioridades que yo no he puesto, ¡no las dejes aparte!

Piensa lo que seria de tu vida si alcanzaras al menos el 30% de esos sueños que duermen en tu corazón; ó si pudieras dirigir tu vida sintiendo que el timón esta en tus manos y nadie puede obligarte a variar ese rumbo; ó si pudieras cumplir todas las promesas que le haces a tu familia de pasar juntos ciertos momentos especiales, o de dedicarles a tus hijos determinadas horas a la semana.

Todo
depende de ti, y solo de ti.

Y por ultimo, recuerda que si no programas tu tiempo, la vida lo utilizará a su manera sin contar contigo, y estas áreas de tu vida nunca encontrarán su pequeño espacio, y antes o después te arrepentirás de cómo has vivido.

Os deseo muchos éxitos en la vida.

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miércoles, julio 12, 2006

El Ejecutivo y su hija

Érase una vez un ejecutivo muy ocupado con su trabajo. Todos los días llegaba tarde a su casa y tras saludar a su hija, se metía en el despacho a seguir trabajando. Su niñita de 5 años acudía a verle, porque deseaba estar con su papi, pero siempre la regañaba diciéndole que tenía mucho trabajo.

La historia se repetía una y otra vez, hasta que un día la niña al sentirse regañada de nuevo, en vez de irse, se volvió a su padre y le preguntó:

H: Papi, tú en tu trabajo, ganas mucho dinero ¿verdad?

P: Pues no, hija, gano dinero pero no mucho, por eso tengo que seguir trabajando en casa.

H: Papi, ¿Me podrías decir cuanto ganas en 1 hora en tu trabajo?

P: Hija, me haces unas preguntas... Por favor déjame que tengo muchas cosas que hacer.

Ante lo cual, la niña lejos de darse por vencida, volvió a preguntarle a su padre.

H: Papi, de verdad, dime cuanto ganas en una hora en tu trabajo

P: Si te lo digo, ¿me dejarás que siga? - Le preguntó inquisitoriamente el padre.-

H: Si, dímelo y me voy.

P: Pues... - y haciendo como que calculaba- aproximadamente unos 15 euros.

H: Gracias. – dijo la niña marchándose de inmediato –

El padre se quedó desconcertado por la insistente pregunta de la niña, pero se puso de nuevo a trabajar, hasta que oyó un estruendo enorme que provenía del cuarto de su hija, por lo que se levantó enfurecido dispuesto a regañarla de nuevo, convencido que la niña había roto algo importante.

Cuando entró en el cuarto de la pequeña, vio que ella estaba en el suelo con la hucha de barro rota en mil pedazos y contando las monedas..

Justo cuando el padre iba a empezar a lanzar sus chillidos más feroces por lo que había hecho, la niña se acercó mirándole a los ojos y las manos llenas de monedas y le dijo:

H: Papi, toma este dinero.

El padre desconcertado, puso las manos y recogió el dinero que le daba su hija y le preguntó...

P: Pero hija, ¿por qué me das este dinero?

H: Papi, te compro una hora...

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lunes, julio 10, 2006

He aprendido

Os traigo hoy una serie de frases que he encontrado en http://vitucuadroenlapared.com.ar y que ha escrito al parecer Gabriel. No estoy plenamente de acuerdo con todas las afirmaciones, pero me ha gustado, asi que lo incluyo tal como es en el original.

He aprendido

He Aprendido… Que la mejor aula de aprendizaje esta a los pies de una persona mayor.
Que cuando estas enamorado, se nota.
Que cuando una sola persona me dice, “Tu me alegraste el dia”, me alegra el dia.
Que un bebe que se duerme en tus brazos genera el mas profundo senitmiento de paz.
Que ser bondadoso es mas importante que tener razon.
Que nunca debemos rechazar el regalo de un niño. Que el dinero no compra clase.
Que las pequeñas cosas de todos los dias hacen la vida tan espectacular.
Que bajo la coraza mas dura hay alguien que quiere ser apreciado y amado.
Que ignorar la realidad no cambia la realidad. Que cuando planeas vengarte de alguien, estas dejando que esa persona te continue hiriendo.
Que el amor y no el tiempo cierra todas las heridas.
Que la forma mas facil de crecer como persona es rodearme de gente capaz que yo.
Que todos con los que te encuentres se merecen que los recibas con una sonrisa.
Que no hay nada mas dulce que dormir con un bebe y sentir su aliento en tus mejillas.
Que nadie es perfecto hasta que te enamoras de esa persona.
Que la vida es dura pero yo soy mas duro.
Que las oportunidades nunca se pierden; alguien tomara la que dejaste pasar.
Que cuando te amarras a tu amargura, la felicidad amarra en otro muelle.
Que debemos mantener nuestras palabras tiernas, porque mañana tal vez debamos masticarlas.
Que una sonrisa es una forma muy barata de mejorar la presencia.
Que no puedo decidir como me siento, pero si puedo decidir que voy a hacer al respecto.
Que mientras menos tiempo tengo disponible, mas cosas termino.
Para todos ustedes amigos/as de parte de Gabriel.Que pasen unas felices vacaciones y un FELIZ DIA DEL AMIGO.

sábado, julio 08, 2006

Vivir con pasión

Hace mucho que oí una frase que atribuyen a Picasso (y no voy a ser yo quien diga lo contrario), que dice: "Un pintor es aquel que pinta lo que vende; un Artista es aquel que vende lo que pinta", y precisamente eso es de lo que quiero hablarte hoy, de la pasión de hacer lo que uno siente, de sentir lo que uno hace.

Uno en la vida puede dedicarse a muchas cosas, y de hecho vivimos en un momento de cambio continuo (ya trataremos este tema próximamente) y eso nos obliga a lo largo de la vida a cambiar de actividad incluso varias veces a lo largo del tiempo, pero lo que no debemos de olvidar es que independientemente de cual sea la profesión o actividad a la que nos dediquemos, del país en que residamos, o del tipo de vida que llevemos, deberemos hacerlo con pasión.

Yo personalmente he pasado por diferentes etapas en mi vida, tanto personal como profesionalmente, y en determinados momentos he necesitado hacer cosas que no me resultaban demasiado agradables pues hay situaciones que obligan a darle prioridad a comer y a cubrir las necesidades básicas, y en ese momento no nos planteamos si es nuestra vocación o no, pero quitando esos momentos de dificultad, estamos obligados a enfocar nuestra vida hacia aquello que nace en nuestro corazón , aquello que nos emociona, aquello que sentimos como propio, que nos llena de luz al hacerlo, que vivimos con intensidad, aquello que sabemos que desde niños nos atrajo y que a pesar de los años, sigue dormido en nuestro interior.

Vivir con pasión no es una elección, es una obligación hacia nosotros mismos, es un deber que estamos obligados a cumplir. La vida no nos enseña esto ni en la escuela, ni siquiera lo hacen la sociedad o la familia, y por supuesto que no es ni fácil ni sencillo conseguirlo, pero es imprescindible orientar nuestros esfuerzos hacia ese objetivo si cuando lleguemos al final del camino y miremos atrás, queremos ver una senda llena de luz, de color, de ilusión, un camino del que estemos verdaderamente orgullosos de haberlo recorrido.

La vida sin pasión no es nada, es una condena que nos obliga a vivir en una celda mental en donde todo es en blanco y negro, sin sonidos ni percepciones de los sentidos.

Si en cambio podemos dedicarnos a lo que nos llena de ilusión, cada día que pasa es un carrusel de emociones, cada mañana es un cofre de sorpresas en donde la intriga por descubrir que nos ha correspondido mantendrá al máximo nuestra alegría y motivación.

Todos conocemos gente gris, que ni sienten ni padecen (como se suele decir) y es por eso, vendieron su alma al tren de la vida, y la vida se lo compró por un bajo precio, y ahora no son sino esclavos de ese tren, pero la experiencia me dice que uno puede recomprar su vida, que el rumbo se puede cambiar, que podemos volver a poseer nuestros amaneceres y sentir que seguimos vivos.

Soy consciente que no es tarea fácil, como no lo fue para mi, pero te aseguro que es posible, que se puede, que si yo lo hice tu también puedes hacerlo, que no es algo que se realice en un día, pero que en un plazo corto de tiempo se puede cambiar todo, y aquí no valen excusas del tipo "es que soy demasiado viejo para cambiar"; "es que no tengo dinero" ; " es que no puedo romper los lazos que tengo con...". EXCUSAS, solo son excusas.

Ponte frente a un espejo y mírate a los ojos. Piensa en todo eso que te emociona, en la profesión que te gustaría tener si tuvieras una varita mágica; piensa en si sientes emoción al ver las personas que te rodean, y he dicho emoción, no cariño, pues el cariño nace incluso hacia personas a las que no queremos, solo es cuestión de tiempo; piensa si el trabajo al que te dedicas llena de energía o solo es una condena que cumples cada día, piensa si la ciudad en la que vives es la que soñabas, piensa en los amigos que tienes, en tu tiempo libre, en todas las cosas que conforman tu día a día, y decide si todo eso es lo que satisface tu corazón y si la respuesta es que estás viviendo una vida prestada, no lo pienses mas y decide cambiar.

Decide que tipo de vida te gustaría vivir si pudieras, donde, con quien, como te gustarían que fueran tus amigos, tus vecinos, el barrio donde residir, que hobys mantendrías en tu tiempo libre, etc. Defínelo con precisión y pon un plan de acción inmediato. Piensa en lo que necesitas saber, tener, o hacer para poder lograrlo y donde y como puedes conseguirlo, pero ponte en marcha hoy mismo hacia una vida llena de pasión, hacia una vida llena de energía.

Y a partir de ahí dedícale tiempo a recorrer ese camino que te lleve a una nueva situación donde puedas decir con orgullo que estás dedicando tu vida a tus sueños, y desde ese momento vivirás con pasión cada minuto que pase.

martes, julio 04, 2006

Sensibilidad: Ver con el corazón

Ya he citado anteriormente a Miguel Ángel Cornejo, y vuelvo a repetirlo, es una de las personas que más admiro en el campo del desarrollo personal, la excelencia, la motivación de personas y equipos y el liderazgo. Le he escuchado personalmente en varias ocasiones y son conferencias que guardo en mi corazón como un tesoro, he leído bastantes libros y artículos suyos, y tengo varias conferencias en audio que habré escuchado más de cien veces.

Hoy os traigo una historia suya, una cualquiera. La he leído en más de diez ocasiones pero que me encanta por lo subyace, por lo que palpita en ella. Es una historia breve pero muy intensa, al mismo tiempo que sensible.

"Sensibilidad: Ver con el corazón"


David era un chico muy entusiasta y responsable, y aun cuando había participado en el equipo de fútbol con singular compromiso, no había ascendido al primer equipo. Al principio fue objeto de burlas por parte de sus compañeros, pero con el tiempo la ironía se convirtió en admiración por su lealtad mostrada al grupo, su entrega incondicional y su sincero reconocimiento para sus compañeros, pues siempre identificaba alguna singular característica en cada uno de ellos

El entrenador apreciaba el espíritu que David constantemente inyectaba al grupo. Incluso cuando no le diera la oportunidad de lugar, pareciera que ya era activo fijo de las reservas.

De vez en cuando, a David y a su padre se les veía del brazo charlando por el campo de prácticas. Sorprendían por el interés y entusiasmo con que se comunicaban, en una escena de franca camaradería; el entrenador no conocía al papá de David, pero imaginaba que eran entrañables amigos.

A media temporada, cuando la contienda estaba en su punto más crítico, llamó a todos la atención la ausencia de David. El entrenador telefoneó a su casa y David, entre sollozos, se disculpó pues su padre acababa de morir: "Entrenador, no podré asistir en un par de días, pero le prometo estar listo para el próximo sábado", y agregó: "Me gustaría pedirle un favor, déjeme jugar ese partido, para mí es muy importante". El entrenador dudó un momento, pues pensaba alinear, ante ese rival en especial, al cual nunca había logrado derrotar, a sus mejores muchachos, pero dadas las circunstancias, pensó que tal vez un par de minutos no tuvieran consecuencias negativas si jugaba David.

El día del partido, David llegó más temprano que de costumbre recorrió, en soledad, el estadio, parecía que estuviera, una vez más conversando con su padre. Finalmente llegó la hora de iniciar el partido. David ocupó, por primera vez al inicio de un encuentro, su posición; el entrenador pensaba "unos cuantos minutos y lo cambio no me puedo arriesgar". David recibió el balón, empezó a desarrolla un juego sorprendente; se movía por toda la cancha; armaba jugadas haciendo participar a todo el equipo; logró eslabonar dos importantes pases para que otros compañeros anotaran gol; defendió, atacó animó, en fin, David era un desconocido que ahora jugaba como un auténtica estrella, y en el momento decisivo, fue él quien anotó el gol del triunfo; por primera vez supo del reconocimiento de la tribuna y de las felicitaciones calurosas de sus compañeros, gracias a él había logrado, por primera vez, vencer a su temible rival. Ya en las regaderas, el entrenador buscó a David y le preguntó: “¿Qué pasó contigo?, jamás habías jugado así. Tu movilidad, visión del campo, la forma en que armaste el juego, nunca lo habías hecho, ¿qué fue lo que te sucedió?" David se quedó pensativo y con una profunda mirada, que más que ver al entrenador, parecía contemplar el infinito, contestó: "Hoy fue la primera vez que mi padre me vio jugar, él era ciego de nacimiento".

No hay dudas de la fuerza del corazón, hoy científicamente denominada inteligencia emocional. No hay test intelectual que pueda medir la determinación de un ser humano, su compromiso de vivir, su deseo de realizar sueños. La lección que nos da David es que su padre jamás murió, sino que seguirá viviendo dentro de él, y seguramente su papá le enseñó a ver con los ojos del corazón, que son los más difíciles de abrir. Algunos seres humanos mueren sin haber despertado nunca, y solamente cuando el corazón comprende, el individuo va al encuentro de la sabiduría. Lo importante es ver con esa sensibilidad que puede sentir el corazón humano. Piense usted un momento, ¿puede escuchar el latido de un corazón?, ¿las emociones del ser que ama?, ¿lo que le intriga?, ¿el miedo?, ¿la ausencia?, ¿la soledad de los seres que lo rodean? ¿Por qué no a partir de hoy procuramos escuchar las emociones de los seres que amamos y que nos rodean? Abra, finalmente, el sentido más hermoso del hombre: su propia sensibilidad.

Miguel Ángel Cornejo

http://www.cornejoonline.com/