jueves, diciembre 28, 2006

Frase de motivación: No hay que batir records sino mejorar dia a dia

La frase de hoy se explica por si misma, aunque quiero hacer alguna matización:


Concentrate en hacer cosas mejores, no más grandes

La sociedad en la que nos ha tocado vivir en el mundo occidental es una sociedad competitiva, muy competitiva, y desde niños hemos ido aprendiendo que ese es el mar en el que navegaremos de mayores, de tal forma que cuando vamos creciendo vemos que lo que aprendimos es efectivamente cierto, y que llegado un punto hay dos posibilidades: ser mediocres o hacer cosas grandes, y la realidad es que una parte opta por la primera opción convirtiéndose en personas frustradas, que saben que años atrás abandonaron y por ello se sienten culpables de la pésima vida que llevan y se dedican a quejarse de todo y a ver defectos en todo lo que ocurre a su alrededor.

Los segundos optaron por ser alguien famoso, alguien que pasase a la historia por haber hecho algo realmente grande, pero igualmente la mayoría no logran el objetivo y acaban mirando atrás y observando que dejaron la vida en el empeño de conseguirlo.

Si me dieran a elegir entre ambos perfiles, opto por el segundo grupo sin lugar a dudas, pues algunos consiguieron sus metas de llegar a hacer cosas importantes en la vida, y el resto al menos viven con el objetivo de lograrlo y eso les mantiene motivados, llenos de energía, con una ilusión permanente.

Sin embargo hay una tercera opción que es complementaria a la segunda, y es que es muy importante ponerse grandes metas, luchar denodadamente por los sueños en que crees con el corazón, pero el enfoque de buscar hacer cosas grandes para pasar a la historia por ello, lo podemos cambiar por ser mejores cada día y convertirnos en alguien grande, lleno de sabiduría, de paz interior, por lograr ser una persona de la que tus amigos se sientan orgullosos de conocerte y tenerte cerca, que tus hijos se sientan completos de poder conversar y compartir contigo sus emociones, sus vivencias, sus miedos, que tu pareja se sienta completa al sentir que tiene a su lado la mejor persona del mundo y que eso la hace mejor a ella también.

Podemos enfocarnos en hacer cosas mejores, en mejorar las cosas, y empezar por dentro nuestro mejorándonos a nosotros mismos puede ser un gran comienzo.

Etiquetas: , ,

jueves, diciembre 21, 2006

Reflexión 7: Las 4 estaciones

Hoy he elegido para traeros una breve historia que refleja una realidad con la que luchamos a diario, y es que nos atrevemos a juzgar a las personas y a la vida en general sin habernos tomado el esfuerzo de tomar perspectiva de ambos y eso nos lleva a cometer importantes errores tanto con personas que podrían ser muy interesantes y que podrían aportar mucho valor a nuestra vida, como con nuestra propia vida en general a la que vamos juzgando con lo que nos va ocurriendo en cada momento si valorar el grueso de lo que la vida es en realidad.

Observad estas cuatro fotografías que fueron tomadas de un mismo lugar en diferentes momentos y estaciones del año y después leed la historia.


(podeis hacer click en cada foto para verlas más grandes)









Había un hombre que tenia cuatro hijos. El buscaba que ellos aprendieran a no juzgar las cosas tan rápidamente sin valorarlas en su conjunto y entonces decidió enviar a cada uno por turnos a ver un árbol de peras que estaba a una gran distancia. Todos sabían que visitarían el mismo árbol pero desconocían que lo harían en diferentes fechas del año.


El primer hijo fue en el invierno, el segundo en primavera, el tercero en verano y el hijo más joven en el otoño.

Cuando todos ellos habían ido y regresado, el los llamó y juntos les pidió que describieran lo que habían visto para que lo escucharan sus hermanos.

El primer hijo mencionó que el árbol era horrible, doblado y retorcido.

El segundo dijo que no, que estaba cubierto con brotes verdes y lleno de promesas.

El tercer hijo no estuvo de acuerdo, el dijo que estaba cargado de flores, que tenia aroma muy dulce y se veía muy hermoso, era la cosa mas llena de gracia que jamás había visto.

El ultimo de los hijos no estuvo de acuerdo con ninguno de ellos, el dijo que estaba maduro y marchitándose de tanto fruto, lleno de vida y satisfacción.

Entonces el hombre les explico a sus hijos que todos tenían razón, por que ellos solo habían visto una de las estaciones de la vida del árbol.

El les dijo a todos que no deben de juzgar a un árbol, o a una persona, por solo ver una de sus temporadas, y que la esencia de lo que son, el placer, regocijo y amor que viene con la vida puede ser solo medida al final, cuando todas las estaciones han pasado.

Si tu te das por vencido en el invierno, habrás perdido la promesa de la primavera, la belleza del verano y la satisfacción del otoño.

Moraleja:

No dejes que el dolor de alguna estación destruya la dicha del resto.

No juzgues la vida por una solo una estación difícil.

Persevera a través de las dificultades y malas rachas… pues sin duda vienen por delante mejores tiempos que nos harán olvidar el resto.

La motivación y el amor por la vida no reside en ver lo que está ocurriendo en cada momento, sino en saber amar y disfrutar cada minuto siendo conscientes de que forman parte de un todo, y que ese todo es genial y está lleno de satisfaciones, independientemente de que este instante sea bueno, malo o regular.

Etiquetas: ,

lunes, diciembre 18, 2006

Frase de motivacion: Cuando te encuentres a ti mismo


Hoy traigo una frase que hace mucho que conozco y que me encanta por muchos motivos pero sobretodo porque encierra toda una filosofía de vida por la que merece la pena esforzarse en mantener como nuestra.

Evidentemente no voy a hacer ningún comentario, es suficientemente impactante y profunda para que sobre cualquier palabra que pudiera añadir.

"Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas."

Pablo Neruda (1904-1973) Poeta chileno.

Etiquetas: , ,

sábado, diciembre 16, 2006

Reflexión 6: Dominar mis silencios significa dominar mi comunicación


La palabra frente al silencio, un dilema que parece sin punto de encuentro, sin embargo es la compenetración idónea para la verdadera comunicación.

El silencio es algo desconocido para el hombre común, no solo porque en la vida moderna no se le asigna ningún valor, sino porque hablar cumple con otras funciones, aparte de la obvia que es la comunicación. Se nos ha enseñado con ejemplos diarios que hay que hablar, y hablar de continuo, lo vemos a cada momento en televisión, pero no se nos explicado el valor de escuchar y trabajar nuestros silencios.

A través de la palabra nos representamos la realidad, de manera que nuestra descripción del mundo se sustenta en una estructura de imágenes y conceptos traducidos en palabras que pierden su condición de instrumentos y se transforman en un sustituto de aquello que representan.

En términos del maestro:

"Lo malo de las palabras es que siempre nos fuerzan a sentirnos iluminados, pero cuando damos la vuelta para encarar al mundo, siempre nos fallan y terminamos encarando al mundo como nos es habitual sin iluminación".


Así, siempre estamos hablando. Hablamos y hablamos sin parar, y llenamos los vacíos de nuestras interacciones con palabras que, al no haber intencionalidad, carecen de significado cuando no tenemos a nadie a nuestro lado para justificar la charla, hablamos a nosotros mismos para decirnos lo que somos, lo que sentimos y lo que queremos.

El primer paso que debe dar el aprendiz para alcanzar el silencio, es controlar esas charlas internas y externas.

En la medida que la mente tiene la facultad de conversar consigo misma y al mismo tiempo, de observar su conversación, el aprendiz debe usar esta facultad para analizar el contenido de sus conversaciones. Descubrirá que la mayor parte de ellas son la manifestación de hábitos prescindibles, entre los cuales, el más destacado, es el hábito de quejarnos. La queja, oh, la bendita queja, un instrumento que utilizamos para por un lado sentirnos afianzados, para reforzar nuestra autoestima a través de denostar a quien tenemos enfrente, además al quejarnos de continuo de lo que ocurre en el mundo, dejamos escapar las diferentes frustraciones cotidianas y la queja la utilizamos como válvula de escape de esa olla a presión que es nuestro mundo interior, y todas esas insisto frustraciones necesitan ser canalizadas, y dado que la mayoría no toma acción sobre ellas, prefiere utilizar la queja.

Buena parte de nuestras conversaciones tiene por objeto transmitir nuestras quejas a un interlocutor que no necesariamente está interesado en escuchar, sino que está esperando su turno para transmitir, a su vez, sus propias quejas. El objetivo de esto es, como se verá mas adelante, mantener una determinada imagen personal. Eso no es una conversación sino turnos de lanzamiento de mensajes, ya que ninguno de los dos escucha sino que solo espera el momento de hablar sin tener ningún interés en lo que nos está comunicando la otra persona. Triste, muy triste, pero muchas de las conversaciones que mantenemos en la sociedad actual tienen esta base.

Despojado del habito del parloteo inútil, el aprendiz no sólo descubre el sentido de la verdadera comunicación, sino que también aprende a escuchar la riqueza del silencio, el que lo lleva a una comprensión más profunda de la vida y le ayuda a dejar el hábito de hablar siempre de sí mismo. El silencio le enseña también a no quejarse y a no esperar nada, lo que construye la base de la quietud y armonía interior logrando un crecimiento personal importantísimo. El silencio controla la ira, la excesiva emotividad, realza el dominio del lenguaje, ayuda a evitar efusividades emocionales del vocabulario que a veces son solo impulsos nada comedidos y que tanto nos pueden perjudicar y que gracias al silencio podremos encontrar las palabras adecuadas para comunicar la idea sin herir a nadie, aquieta la mente y predispone al espíritu para el trabajo de desarrollo.

Hablar no nos convierte en personas interesantes, ni mejora nuestra imagen hacia los demás a pesar de que la creencia popular es que es así. Hablar sin transmitir y sin escuchar no sirve para nada, y como ejemplo todos recordamos como en alguna ocasión hemos sufrido a esos dos tipos de vendedores, el primero uno que hablaba incesantemente y que no decía nada absolutamente, pero que ni acababa nunca su argumentación ni nos transmitía información de valor, es decir, era sólo un charlatán; el segundo, un ejemplo contrapuesto que todos hemos vivido también en alguna ocasión, es esa persona que cuando hablamos escucha cuanto decimos, que mantiene un silencio activo y solo complementa nuestros argumentos sin apenas interrumpirnos. Y esa persona es la que luego decimos que es un magnífico conversador, no por lo que dice, sino por como escucha y maneja sus silencios.

Y ahora te pregunto: ¿Eres capaz de buscar el silencio en tu interior, estás dispuesto a emprender el viaje y encontrarte de ti mismo?

Etiquetas: , ,

lunes, diciembre 04, 2006

Frase de motivación: El esfuerzo y la recompensa


Decía Mahatma Gandhi:

"Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa."


Y aunque al principio nos cuesta entender que el propio esfuerzo lleva implícita la palabra recompensa, y sólo pensamos en el significado de esta última en base a unos resultados medibles, en cuanto unas serie de éxitos reconocibles exteriormente, una vez que vamos madurando y desarrollando lo que llevamos dentro, entendemos una serie de cosas que antes no éramos capaces de visualizar aunque nos las explicasen, y esta frase explica muy bien uno de esos conceptos tan importantes para la vida.

Etiquetas: ,